Más Sobre Primer Congreso Internacional de Dianeticistas y Scientologists
Puedo romper un caso realmente difícil en 20 ó 25 horas a lo sumo, cambiarlo totalmente, y puedo cambiar un somático crónico en media hora. Puedo hacer que niños que estaban lisiados caminen en unos minutos.– L. Ronald Hubbard
Así escribió Ronald desde Sevilla, España, en el verano de 1953.
En la vorágine de los tres años desde la publicación de Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental, la tecnología había avanzado al nivel de milagro. El señor Hubbard había resuelto el problema de la aberración humana y la enfermedad psicosomática. Más que eso, había demostrado por primera vez, con certeza, lo que el hombre sólo había especulado y en lo que había puesto sus esperanzas: la verdadera naturaleza de todo individuo como ser espiritual.
Tras descubrir y trazar el mapa de las plenas potencialidades de un ser en Thetán Operante en el Curso de Doctorado de Filadelfia, Scientology 8-8008 y Los Factores, Ronald encaraba ahora la tarea de hacer realidad esos potenciales. Tuvieron que sistematizarse técnicas de auditación, tuvieron que escribirse libros e hizo falta recopilar materiales para entrenar auditores. Así que Ronald se puso manos a la obra, en Europa, preparando los planes de estudio y textos necesarios.
Tras regresar a Estados Unidos a finales de septiembre, cerca de 400 delegados se reunieron en Filadelfia para el Primer Congreso Internacional de Dianeticistas y Scientologists. Durante cinco días de conferencias, seminarios y reuniones, no sólo recibieron una visión general de la investigación de los primeros días, sino del crecimiento de Dianética y Scientology en la sociedad:
“El verdadero logro está en su aplicación y su uso como herramienta con la que se puede mejorar la cultura del Hombre desde la mera barbarie de la que ahora disfruta, donde se le puede levantar desde un nivel de guerra y hambruna y epidemias, de tribunales deshonestos, de gobiernos rapaces, de religiones mojigatas y de cruda barbaridad bajo cien mil disfraces.
No obstante, como Ronald siguió diciendo:
“Aquí en la Tierra hay una oportunidad de construir una civilización como nunca antes ha disfrutado la Tierra. Se ha proporcionado una herramienta con la que se puede hacer esto. La aplicación de esta herramienta, no su invención, es la meta. Que la forja de la herramienta haya llegado a feliz término no significa que el trabajo esté terminado”.
Para llevar esa meta a buen término, Ronald enfatizó la necesidad de una fluida acción y cooperación organizativas. Enumerando las funciones que un scientologist debería presentar en la sociedad y que mediante la acción, responden a la pregunta: “¿Qué es un scientologist?”.
Este congreso, entonces, abarca la amplitud de la investigación de Ronald desde las técnicas que exteriorizan a un ser, según se dan en el procedimiento operativo estándar 8 (SOP 8), hasta los medios con los que un scientologist puede infundir en la sociedad las más elevadas cualidades de cooperación, amor, bondad, misericordia y justicia.